sábado, 22 de enero de 2011

Una mañana en el teatro


Salir en viernes aporta una gran cantidad de oxígeno para las neuronas, necesario para seguir adelante en nuestra tarea diaria. Tres cursos del colegio público municipal habían planificado esta divertida excursión a la capital Cacereña con motivo de asistir, entre otras cosas, a una ingeniosa representación teatral del grupo "Castigados sin recreo". Inmersos en un marco incomparable, la sala auditorio del Complejo Cultural San Francisco, sede de la Diputación de Cultura, los allí congregados nos aprestamos a asistir al espectáculo teatral. La obra se titulaba "Ya no tengo miedo" refiriéndose claramente a todos esos temores infantiles que todos hemos tenido alguna vez en nuestra vida cuando éramos pequeños, los miedos reales y ficticios, los que habitaban debajo de la cama y en el armario y aquellos que vivían en nuestra imaginación, incluyendo de paso los inicios de nuestra integración social y nuestros primeros amiguitos.

Si a todos estos sabrosos ingredientes le añadimos el hecho de ir de pasajero, no creo que haga falta recordar que no soy yo quién conducía el autobús, con vistas al campo extremeño y con posibilidad de sestear si apetece, es doblemente bueno viajar al ritmo que otros marcan, supervisores de la ruta que ayer seguimos. Y por encima de todo la meta que se perseguía, la sonrisa de los niños, su complicidad con la escena y los actores y su participación activa, entre pequeños gritos y temblores.

Fue un placer verles disfrutar.

Afortunadamente, de vez en cuando merece la pena ir de paquete y pasárselo bomba.