El viernes nos fuimos a Madrid en compañía de los niños del colegio público municipal para visitar Faunia. Entre sus gritos de alegría y un no parar, discurrió este día que no quise que acabara nunca. No hay dinero que pague el valor de la sonrisa de los pequeños a pesar del calor que sufrimos y de que no era la primera vez que algunos de ellos pisaban este lugar. Para mi fue una grata experiencia aunque cuando comparamos con otros lugares parecidos como el zoológico u otros parques temáticos, notamos una cierta escasez en este sitio.
Desde el Ayuntamiento seguimos echando una mano para estas y otras actividades, que también son cultura.
La próxima vez y si el tiempo es igual de exigente, habrá que visitar algo con mucha agua...
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