martes, 10 de febrero de 2009

Carpe diem

Esa es la expresión que emplean algunos para resumir el “a vivir que son dos días” o aproveche usted ahora que la vida es muy corta. Cuando intentamos explicar lo inexplicable nos vienen a la memoria una gran cantidad de ideas y sentimientos que no se pueden transcribir a un papel. Es humanamente imposible. En la noche fatídica del 9 de febrero, buscando el amanecer de un nuevo día, un compañero decidió que había llegado el final. Seguro que por su cabeza rondaron las mil y una formas de librarse de la carga que es vivir pero yo no puedo llegar siquiera a pronunciarlas. Como suele decirse, hay que estar dentro del pellejo para saber qué es lo que pasa. Mientras tanto, este suceso nos ha dejado un mar de dudas a nosotros y a su familia.

Un saludo amigo, allá donde te encuentres…