El viernes asistí a la reunión de la Comunidad de regantes de la margen izquierda del Alagón para representar los más de 75 votos que posee el Ayuntamiento de Valdeobispo. Es la segunda vez que por agenda puedo acudir a una de estas maratonianas asambleas pero lo que allí encontré relata a las claras lo que está pasando en este organismo. Se iba a proceder a renovar los cargos de presidente y vicepresidente pero antes tocaba hablar de muchos temas relacionados con los problemas de los usuarios y la relación con la administración, el estado de las obras de modernización de los riegos y las nuevas tarifas a aplicar para amortizar las partes no subvencionadas de las obras ejecutadas en los años pasados. Después de cuatro horas aguantando improperios entre los asistentes, constantes interrupciones y salidas del orden del día, salí de allí sintiendo vergüenza ajena y abochornado de que no es la forma de resolver los problemas el tirarse los trastos a la cabeza cuando quien tiene mucho que aclarar, reparar y acondicionar en las infraestructuras es la Confederación Hidrográfica del Tajo. De todas maneras, al final los que tendrán que volver a arrimar el hombro son los regantes con su dinero y si no , al tiempo.
Hay que cambiar algunas cosas...
Hay que cambiar algunas cosas...
