Ser padre

A lo largo de la vida suceden acontecimientos, hechos reseñables y experiencias que marcan nuestra existencia como las arrugas y las cicatrices de la piel. Algunas de ellas calan profundo, otras arañan, otras graban a fuego y las hay tan superficiales como pasajeras. Ser padre es la más importante de todas. Crear vida, cuidarla, enseñar, transmitir sabiduría y valores es una labor que nunca tiene final. Eres padre mientras vives y si logras trascender, sigues siendo padre mientras logre recordarte la memoria de los que se quedan. Algo único, inigualable, indescriptible e incomparable. Supongo que nacer también tiene que ser otra experiencia sublime pero por circunstancias, no estamos hechos para recordar semejante hazaña (exceptuando a Benjamin Button). 

Y aunque estas fechas señaladas tienen mucho del lado comercial de las cosas:

Feliz día papá, más ahora en estos tiempos que andas delicado de salud y que debes cuidarte con más dedicación que cuando eras joven. Por aquello de las herencias recibidas de tus antepasados, tu adn y el mío llevan una carga importante ya sea en nuestro corazón, nuestra sangre o nuestra piel. Deseo que recuperes pronto la fuerza necesaria para volver a ser el que eras, ya casi a punto de llegar a los setenta años. Tengo que darte las gracias por haberme dado la oportunidad de conocer este mundo tan mejorable en el que aunque no lo creas, me has enseñado mucho de lo que sé. Gracias también por darme los hermanos que tengo, con los que he crecido y a los que quiero.

Sé muy bien lo que sientes en este día porque comparto contigo esa misma experiencia. 

Felicidades extensivas a todos los padres...