martes, 15 de septiembre de 2015

Una fiesta triste

Esta mañana trae sensaciones contradictorias.

Día de fiesta local en nuestro pueblo en el que se cuela un rayo de tristeza.

La abuela Teresa ha decidido que era un buen día para irse de este mundo y su deseo le ha sido concedido. Se ha quedado dormida y tranquila.
Detrás quedan muchos años de historia, siempre presente su gran carácter y capacidad para adaptarse a situaciones complicadas. Con ella se cierra otro libro abierto, bisabuela de mis hijos y casi centenaria, mujer de otro tiempo, pensamiento recto y temerosa de dios. No pocas veces hablamos sobre esto para no llegar a ningún acuerdo.

Pero te admiraba, muchos años en soledad te hicieron aún más fuerte, conociste a tus bisnietos y volviste a sonreír. De tu boca siempre nos llegaron buenos consejos que guardaremos en lo más profundo del alma.

Muchísimas gracias.

Cuando estas cosas suceden, te das cuenta que cada instante perdido en preocupaciones vanas es irrecuperable. La vela de su vida iluminó a sus hij@s y familia, desde esta mañana permanecerá viva en el recuerdo de cada un@ de ell@s.

Que la tierra te sea leve.

Descansa en paz, abuela.

1 comentario:

  1. Gracias por esas hermosas palabras, seguro que la abuela allá donde este te lo agradecerá y los que todavía seguimos aquí también te damos las gracias.

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