viernes, 4 de febrero de 2011

Centro residencial

Nuestros mayores nos necesitan. Ellos lo merecen.

Esta mañana se ha producido otra de las numerosas reuniones que se han mantenido en Mérida en la sede del SEPAD en lo que va de legislatura a la que he acudido acompañado del concejal de obras.

Como digo una cosa, digo la otra.

Si en su día critiqué de manera ácida este servicio dependiente de la Consejería de Sanidad por diversas razones, hoy no puedo por menos que agradecer el rayo de luz que nos han abierto para conseguir otra meta.

Tan solo pido que por una vez en su vida o en un instante determinado, todos los compañeros pudieran ponerse en nuestro lugar, es decir, siendo alcaldes de pueblos como este, con los pros y los contras. Si vuestra labor es difícil, la nuestra es muy complicada.

Y nuestros esfuerzos ahora están destinados a un fin claro:

Poner en funcionamiento nuestra residencia de mayores.

Hemos conseguido hacernos entender, ante la situación de crisis que existe y el tiempo en el que estamos, para poder conseguir nuestro permiso de apertura para el centro de manera provisional, si bien aún quedan flecos para llevar todo a buen término.

Y como lo mío es la fe en las personas, confío en que así sea.

Amén.

Por otra parte, muchas gracias por el trato dispensado.

Ni mi madre me achucha de esa manera.

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