lunes, 21 de febrero de 2011

Patas cortas

Las mentiras tienen las patas muy cortas. Y los ladrones, el hábito raído.

Esta tarde, con posterioridad a la salida del colegio de los niños, ha ocurrido una de las casualidades que en ocasiones sirven para espantar a los "jetas", los amigos de lo ajeno. Un par de individuos más un tercero a bordo de un coche de gran cilindrada, estaban haciéndose pasar por revisores de instalaciones de gas, con muy buenas maneras, pero soltando un tufo atroz. De todas las puertas que fueron a tocar tuvo que ser la de mi casa y en ese momento y tras pedirles que se identificasen, empezó una agria discusión, un montón de excusas y una especie de "vámonos de aquí que no había más casas que visitar en el pueblo que la del alcalde". Lo siento por las personas a las que hayan podido engañar esta mañana pero hay que tener cuidado y extremar las precauciones. Aún así, seguirán engañando mientras la gente de buena voluntad exista.

Esperemos que cada día sean menos...