viernes, 24 de diciembre de 2010

Pensad un minuto...

A este difícil y complicado año le quedan tan solo siete días. Hemos pasado por todos los estados de ánimo posibles en el devenir de estos últimos tiempos que nos ha tocado vivir. En estas fechas la familia se reune en torno a la mesa para celebrar que todos vuelven a estar juntos un año más. Hoy más que nunca, cuando parece que todos somos buenos y que nunca hemos hecho nada que perturbe al vecino, invito a una reflexión sosegada sobre los aspectos variables de esta sociedad y lo que de ella hemos de cambiar aún en el camino de conseguir el cumplimiento de los valores principales de nuestro mal llamado primer mundo. Igualdad, fraternidad y justicia social entre otros muchos. Como podemos observar, nosotros que nos autodenominamos civilizados, no hemos logrado nuestro propósito al cien por cien. Sigue habiendo muchas e importantes lagunas pero aún así, somos unos privilegiados.

Demos la vuelta al mantel de nuestra mesa y acordémonos de todos aquellos seres humanos que no solamente hoy no tendrán cena de nochebuena sino que durante toda su vida llevan comiendo una vez al día, los más afortunados, o cada vez que pueden porque no poseen recursos. Traigamos a la mente a los que sufren la guerra encubierta y la persecución diaria mientras callamos o a los que sufren enfermedades que se curan en nuestros países con pocos euros invertidos en medicinas. Pensemos que mientras estemos esta noche sentados cómodamente en nuestra mesa, cada minuto un niño perderá la vida por razones que consentimos sin mover un dedo. Mientras esto suceda, los valores citados con anterioridad no tendrán significado real.

No me llaméis aguafiestas.

Con el 0,7 % y los acuerdos estériles entre los que más tienen, no es suficiente.

Quiero felicitar la Navidad a todos los que leen este blog aunque en mi interior no esté contento.

Pasad buena noche.

FELIZ NAVIDAD.