jueves, 12 de julio de 2012

Auto sacramental

Como titula "La Razón", que califica las medidas económicas del desgobierno nacional a modo de sacrificio, traducimos esta tarde con la mente fría lo ocurrido en el congreso en la jornada precedente. Lo llamaremos atraco a mano armada o engaño masivo a la clase trabajadora, aderezado con todo tipo de matices y con independencia de lo votado hace seis meses por todos y cada uno. 

Existe una gran diferencia entre lo vivido hace menos de dos años con Zapatero en aquel mes de octubre negro en el que se anunció su batería de medidas de ajuste y recorte entre los que se encontraba la congelación de las pensiones más altas y el famoso cinco por ciento de nuestro sueldo de empleados públicos, además de otras cosas. En aquel tiempo y si no lo recuerdan así fue, la bancada del partido que gobernaba parecía estar asistiendo a un funeral, elevar propuestas neoliberales bajo un partido de izquierdas era lo contrario al dogma socialista y por mucho que fuese una urgencia, se nos metió la mano en el bolsillo para pedirnos un esfuerzo. Ayer, contemplaba las desafortunadas intervenciones de un presidente que era aplaudido sin cesar por sus compañeros y le calificaban de valiente en sus afirmaciones, jaleado y espoleado por su bochornosa dicción y menor capacidad oradora. Del contenido y su dimensión es mejor no hacer comparaciones pues los más de 62.000 millones de euros en recortes anunciados ayer cuadruplican lo realizado en 2010 y alcanzan a todos los sectores de la población, sumados a todos los recortes, esfuerzos y atropellos que cada viernes se vienen haciendo desde hace seis meses en sanidad, educación y cultura, investigación, prestaciones y atención social, industria y nuevas tecnologías, culminadas con la reforma laboral y el rescate a los bancos, etc.

¿Qué queréis que os diga? No me siento engañado pues yo no le puse en ese sillón. Me sentí robado pues siempre se acuerdan de los del eslabón débil, me sentí impotente por no poder responder con suficientes razones que existen para no recortar derechos, prestaciones y someter aún más a la clase trabajadora. Volvemos a niveles del siglo pasado y aún tenemos cuerda para que sigan ahorcando el sistema. Ni una propuesta de ajuste a las rentas altas, ni a la clase política de altos vuelos, ni a la iglesia y sus prebendas...en fin. Esta forma de gobernar (anunciar lo que vamos a hacer y a más terrible, más publicidad) utilizando la doctrina del miedo, infundiendo temor y desesperación en las familias es cuando menos una nueva manera de violencia. Podemos llamarlo "terrorismo social" sin temor a que nadie nos tome por exagerados.

Creo que con lo de ayer no será suficiente para calmar el ansia de los sedientos especuladores y cocodrilos que nos acechan, como el multimillonario Donald Trump que anima a todos a aprovecharse de nuestro país y su degradada economía para hacer negocio, a la futura implantación en nuestra tierra de un nido de corrupción y blanqueo masivo de capitales (Eurovegas), a los especuladores que siguen mordiendo nuestra carne y a esos bancos que invirtieron en nuestra deuda pública para lucrarse y así sacar tajada, derrocando gobiernos a su antojo y demoliendo de paso nuestro endeble estado del bienestar a costa de los de siempre.

Como decía un buen amigo, a este paso volveremos a "echar el cochino y labrar el huerto" al estilo de lo que tan bien y crudo nos relataban en "Los santos inocentes". 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario...