Barbas a remojo...

Estos días de puente, acueducto más bien, me están sirviendo para una segunda reflexión en espera de que se constituya el nuevo gobierno nacional. Mientras tanto, me sorprenden las decisiones políticas que emanan de propuestas del partido popular. Alguno me dirá que es meterse en camisa ajena pero cuando afecta al interés general, como si ocurriese en mi propio pueblo.

Imaginen por un momento, que en Valdeobispo, por obra y gracia de nuestra mayoría en la corporación municipal, propongo mi liberación por un montante total de 2.000 euros, superando claramente lo acordado en la FEMPEX sobre sueldos en municipios como el nuestro para sus cargos públicos. Está claro que al día siguiente de que ese hecho se produjese, el aluvión de voces críticas y acusaciones contra mi persona serían cuando menos escandalosas. Esto es más o menos lo acontecido en un municipio cercano. Su alcalde se aprueba un sueldo de 58.000 euros anuales, 4.142 euros en cantidad bruta al mes, que supondrá la nada desdeñable cantidad de 2.800 euros limpios de polvo y paja en 14 mesualidades. En otros tiempos y cuando a los políticos se nos respetaba un poco más, hablar de dinero no era tan grave y hasta significaba dignificar el puesto. Con la que está cayendo en estos momentos y con las cifras de paro por las nubes, que estas cosas pasen es para sentir vergüenza ajena.

Comparar es odioso y más si se trata de hacerlo con cargos públicos que "no cobramos un euro" y que ejercer nuestras responsabilidades nos cuesta tiempo y dinero. Por estas cosas y algunas parecidas que nunca llegan a salir a la luz, ahora somos un problema para la sociedad española y nos empeñamos en contribuir con nuestras decisiones.

Llueve sobre mojado...pero a algunos les da lo mismo.