viernes, 1 de febrero de 2013

Seis millones de razones

En medio del tsunami que ocasiona la corrupción política no quiero dejar pasar este momento crítico resaltando el principal problema que debiera preocuparnos en este país. El desempleo llega a cifras escalofriantes debido a la crisis económica que ahora se ve salpicada por el tira y afloja que supone mezclar este tema con todos los quebraderos de cabeza que tenemos. Sin trabajo, sin prestaciones ni subsidios, sin ingresos y con amenaza de desahucio se encuentra una parte significativa de la sociedad española aunque el dato a tener en cuenta es que uno de cada cuatro trabajadores se ha quedado sin ingresos y si a este aspecto sumamos la subida de impuestos, subida de IRPF, eliminación de prestaciones, reforma laboral y demás piedras en el camino (recortes en educación, sanidad, becas, ayudas sociales, bajada de las pensiones, etc...), el panorama ya no tiene color negro, es aún peor. Un futuro lleno de incertidumbre hace que los que aún tenemos trabajo e ingresos, no tengamos suficiente confianza para poder consumir y si no hay alternativas de financiación para pequeñas y medianas empresas, si el gran capital ha puesto a buen recaudo sus intereses, el pez traga cada día más de su propia cola. En nuestro municipio son ya noventa personas en situación de desempleo, la encuesta se mantiene estable con respecto al año pasado y aunque seguiremos conservando las mismas contrataciones públicas sumadas a los servicios que se desempeñan y sumamos además el empleo generado por el centro de mayores, la cifra no baja, los jóvenes no tienen alternativa y lo que me entristece aún más, carecemos de más herramientas para seguir ayudando. En este año 2013 vamos a tener que hacer aún más esfuerzos por generar la necesaria riqueza que nos mantenga a flote porque si no, el éxodo será masivo y seguiremos empobreciéndonos sin remedio en el principal pilar de los municipios pequeños, sus habitantes. 

No perdemos la esperanza.

Mientras esta lucha sigue, el martillo que golpea a la clase política no cesa de sonar. Vía diarios de información se filtra lo más podrido de este país, personas que son políticos eventuales no dudan en corromperse sin olvidarnos de los corruptores, grandes empresas y personalidades que donan dinero negro a espuertas y políticos de pacotilla que se lo reparten y se lo llevan calentito a cambio de favores futuros. Menuda imagen estamos dando al exterior, no es extraño que la prima de riesgo nos machaque, no generemos confianza (¡qué gran palabra!), los estados europeos se mofen de nuestras bajezas y los especuladores se froten las manos en espera de la próxima caída. Esta crisis en medio de la crisis pone todo el sistema español en tela de juicio, ya nada vale, todo es vulnerable, no hay respeto por nada, la justicia no actúa porque no es independiente, somos un país de pandereta y tortilla de patatas pero mientras haya fútbol, cerveza y no nos movamos, esto seguirá así. Para colmo y como solo quedaba una parcela con un mínimo de credibilidad, llega un plebeyo deportista y contamina a la Casa Real con su afán de lucro desmedido porque no ganaba lo suficiente. Así que ya estamos todos, paro, corrupción, pobreza, sordera política. Un crisol que está a punto de explotar. El horizonte, si nadie lo remedia, es la desobediencia civil y tras esto llegarán los salvapatrias. Aquí hace falta claridad, investigación y depuración de responsabilidades. 

Los ciudadanos que independientemente de su filiación política, piensan o han pensado estas y otras cosas en esta semana, por no decir meses o años, reclamamos soluciones.

Basta ya...

#NOSOMOSTODOSIGUALES


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